Leyenda de los
desiertos
Hace mucho tiempo un gran número de personas, con poca
ropa, de piel roja, muy altos y fuertes iban en busca de un lugar para vivir,
un lugar con grandes árboles que dieran grandes y sabrosos frutos y unas ramas
frondosas para poder con ellas cubrirse, ríos extensos muy refrescantes con
grandes y sabrosos pescados.
Cierto día un brujo llamado lexanius, sintió envidia y cólera
por aquel grupo de personas y decidió maldecirlos y dijo:
-las pocas riquezas que puedan encontrar se les quitaran-
Ellos pasados algunos días encontraron un lugar templado
con algunos árboles y una laguna de aguas azules verdosas, pero las personas
comenzaron a decirse unas a otras movidas por la maldición de lexanius:
-este lugar es muy parecido al que partimos, si
continuamos encontraremos un lugar con más árboles, y un rio porque una laguna
no sirve de nada-.
Y así lo hicieron, comenzaron a caminar y la maldición de
lexanius los llevo a un lugar con pocos árboles y poca agua donde encontraron
una niña, más que eso una bebe con una gran belleza, de piel moreno claro, un
pelo negro lacio dominante, unos ojos que tenían una mirada pura y bella, unas
mejillas tan adorables que nadie se resistía a tocarlas, pero lo que las
personas miraron de ella que hizo que olvidaran por completo fue su sonrisa,
eso era impresionante las personas quedaron tan distraídas por aquella bella
sonrisa que no se dieron cuenta que la maldición actuaba en ese lugar y los
pocos árboles que había iban desapareciendo, y la maldición quedo en toda la descendencia
de aquel pueblo y a donde iban todo se volvía desértico y así, por buscar mas riquezas perdieron las
pocas que tenían.
Arnoldo Aaron Aguilar Rodriguez
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